domingo, 1 de noviembre de 2020

En honor y memoria de los grandes caballeros de la hostelería donostiarra

Hay noticias que no deseo se queden en el olvido. Algo fuerte se ha removido en mis recuerdos al leer en el Fb de Josema Azpeitia (Ondojan), la noticia del fallecimiento de Jose Ramon Elizondo (Bar Aloña-Berri). 

JOSÉ RAMÓN ELIZONDO: ADIÓS A UNA LEYENDA Era de Oñati, pero se apellidaba Elizondo y vivía en Donostia. Pero era de...

Publicada por Ondojan.com en Martes, 27 de octubre de 2020

 

¿Por qué?. Es un conjunto de sentimientos.

Por una parte los recuerdos de una veterana juventud cuando bien entrada la treintena un grupo de amigos nos autodenominamos la Cofradía del Mojojón Surfero y nos dedicamos durante un tiempo a recorrer bares donostiarras de pintxos, con su correspondiente degustación, los primeros miércoles de cada mes. De esto hace ya mucho más de 10 años.

En estas correrías cuando tocaba el querido barrio de Gros, una parada obligatoria era siempre el Aloña-Berri. Para mí era el icono del auténtico bar de pintxos donostiarras. No voy a entrar en detalle de los motivos.

Por otra parte, hace un par de años tuve la suerte de ser invitado por mi amiga Carolina Rincón (Carolina Rïn) a la comida del capítulo anual de la Gastronómica. Ese año ella junto con otros ilustres, entre quienes seencontraba también el mismo Josema Azpeitia, eran galardonados y reconocidos como Cofrades de Honor.

Aquella comida fue una de las experiencias más gozosas de toda mi vida. Sin ninguna duda. El lugar, el ambiente, el momento y la propia comida fueron inolvidables. Casualmente compartí mesa con Josema Azpeitia a mi izquierda y enfrente Jose Ramón Elizondo junto con su esposa. A ninguno conocía personalmente y ninguno supongo se acordaría de mí en estos momentos, puesto que la mesa era grande y las conversaciones alternaban de un lado para otro.

Pero al leer la noticia no he podido remitirme de inmediato a ese día de máximo placer y #donostiarrismoextremo culinario para mí, junto con el recuerdo de los momentos vividos en el antiguo Aloña-Berri y templos similares. Momentos de confidencia y degustación en barra como los disfrutados en el antiguo Garbola, con el también fallecido y siempre querido Goyo alfrente, también junto con su inseparable esposa. Nunca olvidaré cuando me contaba las historias de los primeros concursos de pintxos, allá por los 80 en los bajos del Ayuntamiento. Aprovecho ahora para traer también su recuerdo.

HASTA SIEMPRE, GOYO !! Por Josema Azpeitia Encaramos hoy, lunes, la primera semana sin Goyo Martínez después de que el...

Publicada por Ondojan.com en Domingo, 18 de marzo de 2018

Es que eran de esa raza de Camareros-Caballeros, así me gusta denominarlos, más allá de su elevadísimo arte gastronómico. Imponentes detrás de la barra, doctores en profesionalidad, educados hasta el colmo de la paciencia, pero igualmente tajantes e implacables con quien no merecía ese trato en sus establecimientos.

Por eso estas fotos suponen para mí el icono de un bar depintxos donostiarra y me da infinita pena que vayan desapareciendo, más allá de épocas de pandemia y crisis mundiales. Si acaso estas convulsiones pandémicas traen algún cambio social y alguna renovación en los negocios hosteleros, ojalá sea la recuperación del espíritu y el buen hacer de estos bares. O al menos no su extinción total.

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